Lasala Plaza

1/09/2019 -

Innovador y tradicional, cosmopolita y profundamente vasco, así es el nuevo hotel Lasala Plaza. Un claro ejemplo del nuevo San Sebastián que renueva su piel para conservar su esencia. Una manera de entender el día a día de una ciudad que fascina a sus visitantes y atrapa para siempre a sus habitantes.

El casco histórico donostiarra ha recuperado otro de sus edificios emblemáticos. El número dos de la plaza Lasala, gracias a la promotora la Sade, vuelve a ser parte de esa deslumbrante red de edificios históricos que se arremolinan mirando a la bahía de la Concha y el Puerto Viejo para convertir la capital guipuzcoana en una de las ciudades más bellas del Cantábrico. El hotel Lasala Plaza es un exponente magnífico de ese nuevo San Sebastián que está revitalizando la ciudad, recuperando sus raíces vascas y marineras para adaptar su rico legado a los nuevos tiempos. La rehabilitación del edificio ha seguido ese espíritu de la mano de los arquitectos Joaquín y Javier Zubiría que han respetado la fisonomía original de su fachada secular para conectar el hotel con su entorno armónicamente. Bajo esa piel ilustre, los espacios han sido diseñados para que los huéspedes disfruten de todas las comodidades y el confort de un hotel contemporáneo, concebido para adaptarse eficazmente a la necesaria funcionalidad que precisa un edificio de estas características. La diafanidad y amplitud de las estancias, junto a la luz y las vistas sobre la bahía han sido uno de los objetivos que han articulado el proyecto.

Premisa que ha sido reforzada por la interiorista Luisa López Tellería que ha diseñado, trabajando conjuntamente con el estudio donostiarra Kefren, la decoración interior en la que domina una interpretación actualizada tanto de “eclecticismo” arquitectónico de raíz parisina, que inspira el edificio, como de la cultura navegante vasca. El mobiliario elegido en su mayoría en Kefren combina la elegancia “belle epoque” con la funcionalidad y el diseño contemporáneo, combinándose con diversas obras de arte que ponen en contacto al visitante con la cultura local. Los materiales entre los que destaca la madera dan calidez y confort al conjunto con naturalidad. Una sensación que incentiva el uso de colores pastel que potencian la sensación de tranquilidad y sosiego que dominan los espacios comunes, de la recepción a los distintos salones. Textiles de calidad como el terciopelo, mármol, alabastro o cobre personalizan cada rincón creando, junto a la iluminación, una atmósfera que es parte de la experiencia que supone para los huéspedes vivir la ciudad desde el hotel.

Suites y habitaciones amplias con vistas a la bahía o a la plaza Lasala son el punto de partida ideal para la inmersión en la ciudad, en la que el huésped es una donostiarra más. La bahía es la protagonista de uno de los puntos con mas personalidad del hotel Lasala Plaza: su “rooftop” que ofrece una panorámica de 360º sobre la “Concha” y toda la ciudad ofreciendo una inolvidable vista que se pierde enre el cambiante azul del mar y los incontables tonos entre los que se difuminan los límites de la urbe. Un espacio único que con su piscina y solárium regala una de las experiencias más sugestivas que puede ofrecer San Sebastián a sus visitantes.

No podía faltar en esta travesía a las esencias donostiarras un apartado gastronómico dentro del hotel: este es la Jarana Taberna, en el que el chef Ander González, recupera los sabores del viejo San Sebastián con una cocina de mercado, en la que los productos de la tierra y el mar son los protagonistas de un viaje que se renueva temporada a temporada.
Revista Spend in escrito por Andrés Puch Febrero 2019

 

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